En Imbolc siempre renazco.
Y si el invierno ha sido profundo, cargado de cenizas y huesos o lleno de pequeñas expiraciones, más.
En Imbolc enciendo velas y hago la llamada para que la novia blanca salga. Suelen llegar amigas-hermanas cargadas de pasteles y Brigit nos envuelve en cantos.
Acudo a alguna fuente y ato deseos que una vez fueron prendas.
En Imbolc mi mujer esqueleto necesita calentarse en hogueras o pintar trisqueles. Mirar la montaña desde lejos y saber que la ha sobrevolado.
Tirar mi vieja piel de serpiente y comenzar a tejer el escudo.
En Imbolc hago magia con el arte y resurjo con versos.
Forjo espada, invoco y caliento.
Busco entre la maleza flores abiertas o recojo naranjas.
Hago una varita de almendro, cuelgo la cruz de Bride y alimento a mi niña herida.
En Imbolc anhelo las verdes praderas de niebla en acantilados.
Como en la que nací.
Como en la que Brigit enseñó.
¡¡Feliz Imbolc!!
Sofía.
